Precios, características y comparaciones entre modelos
Calificación 8,8
Diseño
Prestaciones
Performance
Seguridad
Precio
El Cruze 5 es uno de los pocos sobrevivientes al formato hatchback 5 puertas y Chevrolet está sacando provecho de ello. Mientras muchos de sus competidores han dejado de fabricarse para dar prioridad a los vehículos SUV, el Chevrolet Cruze lidera el segmento ofreciendo una cantidad de prestaciones realmente destacable para su precio. Incluso en su versión LT (modelo de entrada con precio más bajo) tiene butacas de cuero, apoyabrazos central, volante regulable en altura y profundidad, espejos exteriores regulados electrónicamente, airbags frontales y laterales, faros rompenieblas, caja de 6 velocidades y motor 1.4 turbo. ¿Qué más se puede pedir?
Si se compara el Cruze con los SUVs de precio más bajo, es difícil entender a quienes prefieren tener un chasis de 10 ó 15 centímetros más alto y dejar pasar la oportunidad de tener un auto que roza la gama alta. No es casualidad que el Cruze se encuentre entre los 10 autos más vendidos en Argentina y que ha ganado el premio en la relación mejor auto precio y calidad. Por supuesto, con grandes beneficios impositivos al fabricarse Argentina que contribuyen a mantener el precio por debajo de vehículos similares en cuanto a prestaciones que son castigados por cargos de importaciones y fletes, entre otros.
Además, Chevrolet tiene los mejores planes de financiación del mercado a través de GPAT (Banco Patagonia). ¿Por qué son los mejores? Por 2 razones muy sencillas: Son los que más crédito ofrecen y tienen las tasas de financiación más bajas. Mientras que otros como Renault o Peugeot se jactan de tener préstamos con 0% de interés, notarán que ese monto no cubre ni el 10% del precio del vehículo más barato. Con lo cual, para poder retirar el auto habrá que saldar un porcentaje mínimo que ronda el 30% al contado.
Por último, la seguridad que tiene el comprador al adquirir un vehículo como es el caso del Chevrolet Cruze fabricado integramente en Argentina es estipular una fecha "real" de entrega (aún contemplando los atrasos lógicos que nunca mencionan los concesionarios) y alejarse del fantasma de los cupos de importaciones que sufren algunas marcas como Jeep en donde sus demoras para un Compass ronda los 10 meses.