Visitamos la destilería Glenkinchie en Edimburgo

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Escocia es el destino ideal para todo amante del buen whisky pero también para aquellos que aún no han incorporado a esta tradicional bebida en momentos de celebración o simplemente de goce personal.

Tan sólo con sentir el clima de Edimburgo podremos entender fácilmente el maridaje del whisky con los escoceses. En estos campos infinitos en los que se aprecian cientos de tonos de verdes, la mayor parte del año rondan las bajas temperaturas y una llovizna incesante que parece tener vida eterna.

La ciudad de Edimburgo nos recibe por vez primera con construcciones medievales que obligan a fotografiar cada paso recorrido. Monumentos a los cuales aún se rinde culto y edificios históricos salpicados por tiendas del siglo XX en donde se encuentran precios de no creer. Afortunadamente logramos escaparnos del consumismo para visitar la famosa destilería de whisky Glenkinchie que opera desde el año 1825.

Elegimos esta destilería porque es la que está más cerca del centro de Edimburgo. El tour del whisky en Edimburgo consiste en 12 destilerías de las cuales 11 están ubicadas en las highlands. La particularidad de Glenkinchie es que está a sólo 15 millas del centro de Edimburgo y tiene un servicio de traslado que facilita mucho las cosas en caso de que uno no sea lo suficientemente arriesgado como para tomar 4 medidas de whisky y manejar un auto con el volante a la derecha.

Contratamos el tour «Sabor de Escocia» que, al momento, cuesta £26 con el traslado ida y vuelta incluido. El bus que nos lleva a la destilería sale del restaurant Howie’s (cuidado porque hay 2 restaurantes con el mismo nombre y si bien la zona céntrica es de pocas cuadras confundir el punto de partida nos puede hacer perder el bus) y se recomienda estar unos 15′ antes. Lo cual no es poca cosa si hay que esperar al aire libre con lluvia y 5 grados de temperatura. Al llegar a la destilería nos recibe Willie, quien estuvo a cargo de todo el tour. La atención del personal hay que destacarla, en todo momento nos brindó información de manera super amigable y entretenida. Por ejemplo, en la fábrica de Heineken (Amsterdam) parece que los guías tienen un cassette que repiten el discurso casi sin gracia. En cambio aquí se nota la pasión y el empeño que le ponen a su trabajo y te hacen sentir que, por más que sus botellas de whisky lleguen a cualquier parte del planeta, el espíritu de empresa familiar está intacto.

No voy a spoilear los chistes de Willie ni mucho menos pero si quieren hablarle de fútbol es un tema del que realmente sabe. Luego de recibir los tickets (aunque hay que pagar la totalidad del tour antes) ingresamos a un pequeño museo en el cual hay información sobre la destilería y los pasos para hacer whisky. Una vez que Willie da la charla de bienvenida al grupo no se permiten las fotos ni videos. Aunque resulte una medida un tanto extrema, hay que remarcar que el recorrido se hace por la verdadera «fábrica de whisky», se ve la maquinaria, la materia prima y si uno es un poco curioso hasta puede llegar a ver las planillas de horarios que manejan los empleados. Todas las visitas se desarrollan en horarios en los que la fábrica no está activa.

Fin del recorrido y arranca la degustación. Copadas adecuadas, temperatura ideal. No sea cosa que un turista le indique a un escocés cómo se debe tomar whisky. Allí hay conceptos básicos de cata, sabor en nariz y boca. Si bien no es algo avanzado, es interesante porque se prueban diferentes tipos de whisky de alta calidad y con notorias diferencias entre sí. Aparece el mágico gotero para cambiar rotundamente el sabor del whisky que estamos tomando. Por si no lo han experimentado, vale la pena hacerlo: beban un sorbo y después agreguen una gota de agua (sólo una o dos si es una medida de whisky). Acerquen la copa a la nariz por 1 ó 2 segundos (no más para que el aroma del alcohol no opaque el sabor) y beban el resto de whisky. Notarán una diferencia considerable ya que esa gota de agua liberará aromas y sabores de la bebida.

glenkinchie

Como todo paseo turístico privado, la experiencia finaliza en la tienda de Glenkinchie en donde se pueden comprar las botellas con unos vouchers de descuento que nos regalan al abonar la visita. Entre el viaje a la destilería Glenkinchie y el tour consideren unas 3.30hs y en la página pueden consultar acerca de horarios, precios y otros tours.