Cómo planificar El Cruce: Elementos, logística y plan de carrera

Planificar El Cruce

Hemos escrito mucho sobre la carrera de trail en etapas más convocante del mundo, te contamos acerca del equipamiento obligatorio necesario, compartimos algunos planes de entrenamiento para llegar en el mejor estado físico posible y ahora toca el turno de la planificación y la logística para El Cruce. Algo de lo que mucho no se habla pero que es de suma importancia pensando en el resultado y en la forma en que queremos completar este desafío de 100 kilómetros en la patagonia argentina.

Podemos tener los mejores elementos posibles pero si no sabemos cuándo vamos a necesitarlos es lo mismo que no tenerlos. Vamos a buscar el equilibrio justo entre “elementos obligatorios” y “llevo por si acaso” para estar cubiertos ante imprevistos que pueden ser duros en la montaña pero sin alcanzar un peso innecesario para una mochila de carrera. Empecemos!

Todo parte de una base muy simple que consiste en clasificar cada elemento (no importa si es ropa, calzado, alimento, reservorio de agua, etc. considerar absolutamente todo) en:

  • Guardabolso: Equipaje que se entrega antes de la largada el Día 1 y queda guardado hasta el final de la carrera
  • Mochila de Carrera: La tendremos siempre con nosotros durante los 3 días de competición
  • Bolso de Campamento: Se entrega 24hs antes de la largada y nos espera en el campamento 1


1. Guardabolso

Para los corredores que viajan sólos a la carrera o en grupo pero sin acompañantes que no corran, la organización dispone de un predio cerrado en donde se puede dejar equipaje del tipo carry-on o bolso mediano en un lugar seguro. De esta manera, podemos colocar en ese equipaje todas las cosas que no vamos a necesitar en la carrera, ni en el campamento ni durante cada etapa. Por ejemplo, si se quedan unos días conociendo la ciudad sede de la carrera y tienen ropa o zapatillas que no vayan a usar en la carrera, aquí es donde se puede dejar.

De parte de la organización siempre recomiendan reservar hoteles en donde uno puede dejar las valijas hasta el regreso post-carrera pero, en la realidad, no siempre los hoteles terminan siendo tan receptivos a este tipo de requisitos. En la edición de El Cruce 2024 nosotros nos hospedamos en el Apart Hotel Robles del Sur de San Martín de los Andes y cuando preguntamos si podíamos dejar allí el equipaje nos dijeron que no tenían lugar para conservarlo más de unos minutos. Asimismo, el lugar que funciona como guardabolsos en El Cruce siempre tiene seguridad, de modo que uno se queda más tranquilo en caso de que tenga que dejar algún objeto de cierto valor.

¿Qué hay que saber para el servicio de guardabolso?

Se entrega el mismo día de la largada (generalmente unos 30’ antes)
Sólo se permite 1 bulto por persona (carry-on, valija o bolso) y no debe tener ningún objeto atado o colgando por fuera.

2. Mochila de carrera

Acá ya se pone más divertida la planificación y entra el juego el trade-off entre agilizar el peso de la mochila contra lo previsores que queramos ser en la montaña.

El punto inicial para armar la mochila es tener claro el recorrido de cada día, específicamente lo que vamos a analizar van a ser distancias totales, distancias entre oasis (puestos de avituallamiento) y altimetría. Estas cosas, en conjunto, nos van a servir para definir qué tenemos que llevar con nosotros en cuanto a alimentación e hidratación. Dos cosas fundamentales de las cuales va a depender el éxito o el fracaso de cada etapa de la carrera.

Vamos a dar un ejemplo sobre el recorrido de la etapa 2 en El Cruce Edición 2023 en Bariloche. El 1er y único Oasis se encontraba en el kilómetro 23 habiendo tenido que enfrentar unos 1.600 metros de desnivel positivo para poder llegar a él. La organización indicaba que hasta el kilómetro 15 se podía cargar y tomar agua de los arroyos. La distancia total para ese día era de 31 kilómetros.

Con este escenario cada corredor debe pensar cuál es su mejor opción. Cuál es mi estrategia de hidratación para llegar al Oasis de la mejor manera posible? En mi caso, no me siento a gusto tomando agua de los arroyos salvo que sea la última alternativa disponible. De manera que cargué 2 soft de 500ml con isotónica al frente de la mochila y en la espalda sumé (sólo para este día) un camel de 2lts que sólo cargué con 750ml de agua. No presten demasiada atención a las cantidades que dependerán del tiempo que cada uno necesite para recorrer esos kilómetros. Lo menciono para ejemplificar que es imprescindible saber a qué nos enfrentamos cada día antes de empezar a poner cosas en la mochila. Y esto puede ir cambiando entre cada etapa.

Otro punto importante sobre alimentación es que casi todos los corredores solemos llevar comida “de más”. Esto se va aprendiendo y requiere un poco de práctica. Mi sugerencia es colocar lo mínimo e indispensable y de cosas que no encuentren en los oasis para hacer más ameno todo el proceso. Por ejemplo, es muy frecuente ver corredores tomando coca-cola como si fuera la mejor bebida del planeta para reponerse en ese momento y realmente lo es, pero para reponerse a nivel psicológico por el efecto de placer y estímulo que genera dar con ese tipo de bebida en esa situación.

No voy a hablar en detalle de los geles pero sí durante estos años puedo confirmar que la mayoría de los corredores no tiene ni la más mínima idea de cómo utilizarlos. Ni siquiera saben si necesitan usarlos. Lo mismo con pastillas de sal. "Alguien me dijo que tome esto cada 1 hora", "cada 45’ tomo 1 gel para reponerme"... y así podríamos seguir. Todo este tipo de sustancias se tratan con demasiada liviandad y la gente desconoce los efectos reales que tienen en el cuerpo. Si no quieren llevarse sorpresas sugiero rotundamente una consulta a especialistas en nutrición (recomiendo NDA porque ya saben todo el contexto de cada competencia, ellos mismos corren varias) y con estudios concretos les indicarán qué consumir y qué no.

Dejando de lado alimentación e hidratación pasamos al equipamiento. De antemano vamos a separar el vivisac y la manta de supervivencia que se indican como elementos obligatorios.

Y acá volvemos a traer a colación la importancia de estudiar el recorrido de cada día. En este caso, para decidir qué y cuánto abrigo vamos a llevar con nosotros. Se parte de la misma base de siempre: 1 remera térmica, 1 polar y 1 campera.

Algunas aclaraciones antes de avanzar: la primera piel o camiseta térmica que entrega la organización está bastante bien y cumple la función. El micro polar no es tan micro, quiero decir, si tienen alguna opción más ágil (especialmente en la reducción de la prenda una vez guardado) mucho mejor. Y la campera debería ser más rompeviento que de abrigo. Creo que en este punto se confunde con la lista de elementos que El Cruce solicita porque lo mencionan como “campera de alta montaña” y algunos piensan que son el equivalente a camperas de ski o plumones y nada que ver. Lo que vamos a necesitar es algo que corte el viento. Recordemos que vamos a estar en movimiento y, por más que la sensación térmica al alcanzar un cerro o transitando filos, roce los 0 grados no vamos a sentirlos tal cual los sentimos estando quietos. Y, al igual que el polar, cuanto más se comprima y más ligera sea mejor.

En lo personal, no soy de quitar de la mochila ninguna de estas 3 prendas. Siempre llevo conmigo las 3 capas y, aunque parezca mentira, el discurso acerca de la variabilidad del clima en la patagonia es real. Uno desconfía hasta que le pega una bajada de 20 grados en 30’ trepando los filos. Arriba hay nieve y una vez que estás abajo estás sólo con la pechera y pasando calor. Es así.

No quiero dejar de mencionar que hay que considerar imprevistos. Por ejemplo, alguien podría decir que como no sufre el frío evita llevar el buzo polar, lo cual no sonaría descabellado. Ahora, si esa persona sufre una lesión que le impida continuar la carrera en un lugar de difícil acceso para rescate deberá contemplar cómo no entrar en hipotermia sin un buzo polar durante el tiempo necesario. Por eso cada elemento que se pide en El Cruce tiene su explicación.

Para este punto ya tenemos comida, bebida, elementos de seguridad e indumentaria. Podemos avanzar con la prueba final: vestirse de carrera y hacer un fondo con las mismas condiciones que vamos a tener una etapa cualquiera. No olviden los bastones. Por más que no los utilicen en el fondo deben llevarlos para recrear el contexto lo más parecido posible. Las conclusiones vendrán solas. Si el soft izquierdo es más práctico y preferimos colocar allí agua en lugar de isotónica, si el abrigo es demasiado, si los bastones se mueven, etc. etc. No pierdan el foco de lo que buscamos: estar equipados y ser ligeros de la manera más confortable posible para caminar, trepar, trotar y correr. Les aseguro que ese es el orden de cada cosa que más harán en cada etapa de El Cruce.

3. Bolso de Campamento

El más simple o menos arriesgado porque, si bien hay límites de tamaño, van a estar sobrados para lo que se necesita en el campamento.

Básicamente hay que contemplar algún repuesto básico de indispensables, por ejemplo, zapatillas alternativas. Llevar algún calzado de descanso (los crocs son ideales). Todos los alimentos para la Etapa 2 y 3. Algún botiquín básico con analgésicos, vendas, cremas, etc. Elementos de higiene personal (toallitas húmedas vienen bien en estos casos). Y cualquier otra cosa que se les ocurra necesiten durante el campamento, ya sea para hacer la estadía más grata o para mejorar la calidad del descanso. Un detalle que marca la diferencia durante la noche del campamento es el colchón inflable. Si tienen, no duden en llevarlo o sino es casi obligación alquilarlo. Cambia radicalmente la experiencia de sueño.

Linterna frontal también simplifica las cosas al permitirnos manipular todas las cosas con ambas manos sin tener que sostener nada para iluminarnos.